UNA MIRADA POSITIVA DE LA ENFERMEDAD

Como ya habrás leído, soy Sandra, psicóloga y diagnosticada de agorafobia desde 2010. En 2012 a mi marido le encontraron un tumor cerebral de grado IV, es decir, el más agresivo.

Hemos de dar gracias cada día de seguir aquí y también por lo mucho que hemos aprendido. A pesar de los duros momentos que supone una enfermedad física como el cáncer y mental como la agorafobia, se podría decir que hemos creado un gran equipo de «aprendices supervivientes».

Y es que hemos aprendido que la enfermedad es el grito del cuerpo para decirnos que algo no va bien, que algo ha de cambiar. Y es lo que hemos hecho. Hemos analizado y trabajado varios temas:

  • La manera de relacionarnos con nosotros mismos y con nuestros familiares: Nos dimos cuenta de los mensajes recibidos y transmitidos generación tras generación, de los estereotipos y relaciones no positivas que manteníamos con nosotros y nuestra familia. A partir de ahí es una trabajo constante hasta que se vuelve automático.
  • Las relaciones con nuestros iguales: En nuestro entorno tomaron fuerza personas que antes pasaban desapercibidas y también al contrario. Algunas sorpresas positivas y otras más bien al contrario. Al final vas viendo con quien te sientes bien y te suma y con quien no. Así es como vas reestructurando tu entorno de amistades y relaciones.
  • La alimentación: Tras lecturas, búsquedas por internet y conversaciones con diversas personas acabas siendo consciente de que la alimentación que estabas teniendo no era del todo correcta. Al principio cuesta modificarla pero sin agobios y de forma gradual acabas logrando un gran cambio. Es curioso cuando vas a comprar y te fijas en la compra de la persona que está antes que tú en la caja para pagar y analizas la alimentación de esa familia.
  • Oxigenación y estilo de vida: Cuando te dicen que el oxígeno mata las células cancerígenas y que es bueno salir a pasear a la naturaleza y oxigenarte, empiezas a mirar un poco más. Entonces lees que el estrés oxida y que es bueno estar relajado para que el cuerpo esté oxigenado. Es ahí donde empieza un cambio de rutinas y prioridades.
  • Sentirte diferente y sentir al resto diferente: Tantos cambios hacen que te sientas diferente y a veces hasta que no encajas en tu vida, en tu entorno. Todos estos cambios te hacen caminar en una nueva dirección y empiezas a ver que ya no encajas de la misma manera en tu entorno. Pero eso no es malo, eso es lo que estás aprendiendo y cambiando para lograr una buena salud. Sigue tu camino, porque verás los resultados y te acercarás y se acercarán personas más afines a tus actuales gustos y manera de vivir.

Aquí ves como la enfermedad nos enseñó y como todos podemos aprender y redirigir nuestras vidas hacia algo mejor, hacia una vida saludable tanto a nivel mental como físico.

Recuerda que no estás solo y que es bueno compartir, nos ayuda a crecer.

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