En el momento de iniciar el cambio siempre has de dar un prime paso. En ocasiones tendrás muy claro el camino pero no sabrás por dónde empezar y en otras será justo a la inversa. Sea como sea lo que siempre has de dar es un primer paso. El motor se pone en marcha y las luces que van marcando por donde ir aparecen.

Estar atent@s a las señales es bueno para poder transitar por él de manera fluida, dejándote llevar por esa corriente en la que has decidido entrar. A veces nos despistamos y no las vemos y se nos complica un poquito la ruta, pero no te preocupes pues siempre encontrarás una nueva señal para redirigirte.

Según mi manera de pensar, en cierto modo hemos planificado los aspectos importantes de esta vida, los aprendizajes que queremos realizar y de un modo u otro los intentaremos superar. Es como matricularnos en una formación con la intención de obtener la titulación. Lo que sucede es que no recordamos exactamente las asignaturas que nos hemos impuesto nosotros mismos. Es curioso porque de esta manera no sabemos exactamente lo que tenemos que aprender. Habrán lecciones duras y otras no tanto. La guía para saber que vamos por la senda que nos marcamos en su momento es que las señales aparecen más claras, que fluimos más con la vida y que nos sentimos extrañamente como en una especie de tablero de ajedrez en el que tanto nosotr@s como quien nos rodea somos las piezas. Cada pieza tiene sus características propias, empieza desde una posición, se puede mover de una manera concreta por el tablero, el movimiento de una afecta e influye en las demás.

Mantenerte inmóvil no es una opción cuando quieres vivir una vida plena. De hecho difícilmente podrás hacerlo ya que las circunstancias de una manera u otra te movilizarán. No tengas miedo en dar el paso. Una vez des el primero ya irás conociendo los siguientes. Actúa.

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