Hay veces que me dejo llevar por la intuición y por las señales. Quería empezar a escribir, tenía muchas ganas de hacerlo y el tema concreto no se me presentaba con claridad en la mente. Me he girado y se me ha ido la mirada a un diccionario de sinónimos y antónimos y he pensado: «¿por qué no?». Esta puede ser la señal, el camino. Así que lo he cogido, he abierto una página al azar y la mirada se me ha ido a la palabra Resignar. Sin pensarlo lo he cerrado, y entonces se me ha ocurrido que no me había parado a leer los sinónimos. Así pues, he cogido de nuevo el diccionario y….sorpresaaaa; he abierto por la misma página y la mirada se me ha vuelto a ir a la misma palabra Resignar.
Pues ya que parece que algo quiere decirnos, seguiremos por ahí. Los sinónimos son renunciar, entregar el mando, entregar la autoridad, conformarse, avenirse, prestarse, allanarse, condescender, sufrir, tolerar. Es curioso que a menudo sin darnos cuenta hagamos todo esto y de esta manera vamos restando nuestro propio valor. Cuando entregas el mando o la autoridad a otro, cuando te conformas acabas sufriendo. ¿por qué? pues porque te pierdes a tí mismo. Al hacerlo llega un momento que actuamos por impulsos, por tendencias y sin encontrar el placer en las cosas. Y todo esto ¿por qué nos sucede? Simplemente porque hemos olvidado qué es lo que nos gusta, lo que nos hace sentir felices, lo que nos da placer. Lo hemos cedido, lo hemos entregado a otro; hemos renunciado a nuestro YO. Sin darnos apenas cuenta actuamos según lo que se espera de nosotros, nos obligamos a disfrutar de lo que parece que socialmente se ha decidido que ha de hacernos felices ¿pero realmente es lo que nos gusta y apetece a nosotros?
Cuando tenemos hijos parece que hemos de empezar a organizar al menos un viaje anual en pareja a un lugar «declarado romántico» y parece que si no lo hacemos, no vamos a disfrutar. Cuando tenemos 18 años parece que si no nos gusta salir a bailar eres «un bicho raro» pero cuidado que si disfrutas con ello y lo haces puedes estar tranquil@ que entras dentro de lo «normal». Así pues, si empiezas a tomar como costumbre renunciar a lo que te hace feliz, estás entregando el mando de tu vida a otros. Empiezas a actuar de esa manera y creas el hábito de hacerlo. Empiezas por alguna cosa y cada vez son más las cosas que haces por conformismo, por avenirte a lo que se espera de tí o parece correcto. Llega un momento que son tantas las cosas que entregas al otro, con las que te conformas que empiezas a sentirte mal y pierdes el timón de tu vida.
Igual que poco a poco empezaste a resignarte, ahora has de empezar poco a poco a insistir, a resistirte a apetecerte. Estos son justo los antónimos de resignar: apetecer, insistir, resistirse. Y es que si te sientes mal y quieres lograr un cambio este es el camino: DEJA DE RESIGNARTE E INSISTE.
¿Quieres empezar ahora? Adelante:
- haz una lista de las cosas que haces habitualmente
- analiza cada una de las cosas que haces: ¿las haces por resignación?
- ¿cómo podrías cambiarlo?
- Empieza a insistir en el camino del cambio.
- ADELANTE HAS EMPEZADO A CUMPLIR TU SUEÑO