Hay momentos en los que te das cuenta de la importancia de los referentes en la vida. Son una especie de puntos de anclaje que nos resultan útiles para llegar en un momento a mucha información. Incluso pueden llevarnos a sentirnos seguros con alguna persona.
Un referente, suele ser una especie de punto informativo, algo o alguien de quien sabemos una serie de información que nos puede ser útil en determinados momentos. Por ejemplo, conocer a alguien y saber que esa persona es el primo de A y que es hijo de aquel señor que conocen tus padres porque es propietario del negocio B, etc etc… Te lleva a tener una información útil en tu relación con esa persona. Después irás viendo si tiene o no sentido pero para empezar ya la tienes.
¿Qué pasa cuando llega alguien nuevo de quien no tienes esa información? No tienes ningún tipo de referencia, lo que hace que te distancies por seguridad y solo te acerques si es estrictamente necesario. De hecho, tu ya tienes tu red social y de referentes y no necesitas arriesgar.
Pero a veces, en la vida, arriesgar y salir de la zona de confort te permite dar un paso más y salir de esa especie de mátrix personal y ver el mundo de otra manera. Te das cuenta de las múltiples visiones de las cosas, de las diferentes maneras que hay de vivir y de lo bueno que es abrirse incluso a lo desconocido, a aquello de lo que no tenemos referentes. Es un acto de valentía y de querer vivir la vida al máximo. Sacar todo el jugo posible y no quedarnos solo con lo que ya conocemos y nos da seguridad pero que nos tiene en una especie de burbuja.
Me gustaría que todos pudiéramos reflexionar sobre esto y poder dar un paso fuera de esa burbuja, de esa mátrix y como mínimo asomarnos a ver «que se cuece ahí fuera». Quizás podamos ver más allá de lo que no dicen en las noticias, o lo que nos han enseñado hasta ahora.