Hay un libro que se titula «Mujeres que aman demasiado». No lo he leído y no puedo explicaros de que trata. Solamente quiero hacer aquí una breve reflexión sobre esa sensación que muchas personas tienen de amar demasiado.
Este concepto de amar demasiado suele ir asociado a personas sufridoras, lo que hace que muchas personas decidan no amar para no sufrir. Pero, ¿qué es la vida sin amor? ¿qué es la vida sin emoción y sentimiento? Los sentimientos pueden ser agradables o desagradables. Hay una amplia gama de emociones y sentirlas es algo grande, a pesar que algunas de ellas nos den malos momentos.
Una persona insensible vive la vida a medias, sin conocer todos sus matices. Protegerse de esta manera puede volverte una persona autosuficiente pero a la vez aislada. Es respetable sentirse feliz así. Pero, ¿qué sería del mundo si todos fuésemos así?
Yo solo os puedo hablar de mí, de mi gran sensibilidad y emocionabilidad. ¿me ha hecho sufrir? Sí. Pero también me ha hecho crecer y experimentar relaciones plenas y magníficas. Ese matiz emotivo te da una sensación de plenitud incomparable con pocas cosas. Cuando estableces relaciones altamente emotivas puedes llegar a lo más alto. Claro que si te fallan o sientes que lo hacen en algún momento también te hacen ir a lo más bajo.
Pero lo importante ante todo es quererse muchísimo a uno mismo, tener una autoestima estable, alta y fuerte. De esta manera todo es más suave, tanto las subidas como bajadas.
Hace poco tuve una conversación con una persona que optaba por la insensibilidad como modo de vida y felicidad. Realmente estaba convencida de ello y se sentía fuerte, incluso superior pero era triste escuchar el tipo de relaciones personales que establecía. De todos modos, somos libres de elegir lo que sentimos y cómo.
Amar demasiado no significa amar obsesivamente. Para mí es dejar libre nuestra sensibilidad. El amor obsesivo tiene poco de sano. Los extremos no son buenos compañeros de viaje porque reducen nuestro campo de visión. En este caso nuestro campo de emoción. Ama libremente, dejando fluir tu sentimiento. Sentir es vivir.