La mayoría de la gente suele comentar que sienten miedo al cambio, sea en el aspecto que sea. Hay cambios buscados y meditados y otros que son forzosos. No siempre los primeros salen como se esperaba y eso los transforman en aspectos a modificar. Los forzosos son los más complicados de gestionar en función del motivo del cambio. Algunos nos resultan apenas perceptibles y otros pueden cambiar el rumbo de nuestra vida.
Sea cuales sean los cambios que vayas encontrando y eligiendo en la vida, intenta disfrutarlos o amoldarte de la mejor manera posible. Hemos de buscar y encontrar nuestra propia manera de ser felices. Tengamos claros los dogmas y tabúes y observemos cuanto influyen en nuestra manera de vivir. ¿Somos felices? ¿Lo somos de verdad? ¿Nos sentimos bien? Entonces adelante. Pero si no es así, ante todo ámate y cambia aquello que no te haga feliz, le guste o no a quien sea pero que te haga sentir plenx.
Cuando inicié Terapia para el cambio me basaba en todo lo vivido por aquel entonces. Me parece increíble que la misma filosofía tenga sentido para tantísimas cosas en esta vida. Iniciar un nuevo proyecto de vida, una nueva etapa, una ruptura, un nuevo trabajo, un traslado, una enfermedad, etc.
La vida son cambios continuos, nada es estable.