Todos hemos tenido días en los que miramos atrás y parece que, como se dice popularmente, «hemos pisado mierda». Parece que estemos pasando una mala racha, se nos caen cosas, nos damos golpes tontos, enfermamos con facilidad y nos sentimos emocionalmente abatidos. Intentamos salir de esta situación, superar este bache pero parece que hasta las ideas se nos han nublado y hagamos lo que hagamos no logramos o nos cuesta salir.
Es el momento de pararte y observar que está sucediendo, que información nos está dando nuestro cuerpo. Estamos despistados, nos duele una parte del cuerpo que simbólicamente puede darnos pistas. Si podemos pararnos y escuchar podremos tener indicios del nuevo camino a seguir, del cambio necesario que nuestro cuerpo nos pide a gritos, de la manera que físicamente puede manifestarse.
A veces el ritmo acelerado que llevamos en nuestro día a día nos arrastra por la corriente de un río del que no podemos salir. ¿cómo paras cuando el río te arrastra? A veces tan solo hay que dar un giro y nadar contracorriente un tiempo hasta lograr llegar a la orilla. Pisa el freno un momento y cambia el punto de mira, la dirección. A veces solo con eso basta para darnos cuenta del camino correcto a seguir.
Ánimo, solo hazlo aunque solo sea una vez. ¿Qué es lo peor que te puede pasar si lo intentas?