La información exacta de lo que esta enfermedad es la podréis encontrar descrita en multitud de webs. Pero por experiencia puedo deciros que esta enfermedad tiene múltiples caras y no a todos nos afecta de la misma manera ni en las mismas situaciones.

Hay una parte de la enfermedad que es común, y es el MIEDO. Éste puede ser a muy diversas cosas pero por lo general es un miedo tan generalizado que casi es más fácil decir a qué no tenemos miedo; y os aseguro que es a muy poquitas cosas.

Cuando debido a una crisis inicial se sucede una serie de acontecimientos que nos generan una ansiedad más generalizada que nos llega incluso a paralizar, es cuando empiezan nuestros problemas más palpables. Y digo palpables, ya que los problemas suelen venir de lejos, lo que sucede es que cristalizan justo en un momento concreto. Es como si la mochila que cargamos a nuestras espaldas carga una última cosa que hace que el peso sea insoportable y no nos permita seguir avanzando por la vida. No es que esa última cosa sea la causa sino que es la gota que colma el vaso y hace estallar todo en mil pedazos.

Y es así, como se siente, como algo que nos cambia la vida de la noche a la mañana y nos deja perdidos en un mundo interno difícil de ver por los demás. Solamente quien padece esta enfermedad llamada agorafobia es capaz de entender la magnitud del problema. Cuando oímos que todo está en nuestra cabeza, que solo nosotros somos capaces de curarnos, etc somos conscientes de ello, lo sabemos. El problema no es ese, el problema es que necesitamos ese lazarillo que nos guíe. Nos hemos quedado ciegos de repente cuando paseábamos por un lugar nuevo y nos hallamos desorientados, perdidos y sin puntos de referencia a los que agarrarnos para poder salir de ahí. Y eso es lo que no ven los demás, eso es lo que no entienden porque ellos siguen viendo, y están en un lugar conocido y relativamente seguro. No ven que los necesitamos pero no para fustigarnos sino para que nos den la mano y nos ayuden a caminar por la nueva vida que nos hemos encontrado. Y que con esa ayuda podremos volver a continuar con nuestro camino por nuestra cuenta. Eso sí, desde una nueva visión, desde una nueva perspectiva, desde una nueva vida.

Porque desde el momento en el que nos estalla la agorafobia nuestra vida cambia, nuestra vida no puede seguir siendo la misma. Nuestro cuerpo y nuestra mente nos decía primero y nos gritaba después que teníamos que cambiar, que así no podíamos seguir. Pero el ajetreo del día a día y el estrés y otros problemas y situaciones no nos «permitían» parar y nuestro cuerpo gritó BASTA de la única manera que le habíamos dejado: la AGORAFOBIA o en otros casos otros TRASTORNOS DE ANSIEDAD.

Así que para todos y todas aquellas personas que sufren algún problema de ansiedad me gustaría decirles que no están solos, somos muchos los que lo estamos viviendo o lo hemos vivido.

Mi formación como psicóloga me dio la parte teórica de todo esto pero para mí, la gran licenciatura, la titulación la obtuve a partir del momento en el que ME DIAGNOSTICARON AGORAFOBIA.

Estoy aquí como profesional de la psicología y como paciente, en definitiva como persona. Sé de la importancia del CAMBIO para superar todo esto y a pesar de que recae en cada uno de nosotros ponerlo en marcha, también sé lo importante que es ese «lazarillo» que nos ayude a iniciar nuestro camino, el camino del cambio, el camino de la superación y la curación.

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TERAPIA PARA EL CAMBIO